jueves, 16 de junio de 2016

📇 Entrevista a Sergio Fabián Vázquez [2006]




Cristián Berríos


Sergio Fabián Vázquez demostró en Costa Rica que en la adversidad poseía estirpe de corajudo y copero. Tuvo el empate en el clásico robado por Carlos Robles en 1994 y, acertase o no, dejó como enseñanza que si el cielo se cae a pedazos uno debe ir al frente y clavarle la bandera al adversario.

Bicampeón en Copa América, invicto largo tiempo con la albiceleste, y figura ante Australia en el Repechaje, especialmente en el juego de ida. ¿Se justifica que Basile no te ratificara como titular en USA 1994?

Ante todo muchas gracias por darme la oportunidad de volver a encontrarme con la gente de Católica, uno de los mejores clubes donde jugué y pase lindos años de mi vida. En el Mundial 94, no es que el Coco no me incluyo entre los titulares, sino que a dos días del inicio del campeonato Darío Franco en un picado se me cayó encima de la rodilla, y me produjo una gran distensión de ligamentos, lo cual no pude recuperar hasta el último partido.

Gorosito y Acosta fueron marginados del plantel mundialista, ¿Basile desestimó el medio chileno o la presión mediática tras el revés con Colombia lo forzó a replantearse todo?

Creo que la decisión del Coco fue por razones futbolísticas en ese momento ya que contaba con muchas variantes.

Sergio Fabián Vásquez, técnico. ¿Cómo reviertes el ánimo de un plantel golpeado por la sanción a Maradona?

Es muy difícil poder revertir el ánimo de todo un plantel en competencia ante un hecho como el que sucedió, más aún después de ver como lloraba Diego en ese momento tan especial.

Ya en esa época, Universidad Católica era el club chileno con mayor prestigio institucional en Argentina ¿Cuánto meditaste tu salida del medio argentino?

Muy poco, porque realmente don Alfonso Swett me trajo una propuesta muy tentadora, y yo tenía ganas de jugar la Copa Libertadores por primera vez.

¿En qué momento descubriste que Universidad Católica tenía el hambre, fútbol y coraje necesario para encumbrarse en Libertadores?

Creo que cuando llegue todavía no estaba el espíritu de un equipo para salir campeón de la copa, con el correr del tiempo ya entrenando uno empieza a almacenar la mística de un equipo competitivo y creo que realmente nos dimos cuenta después de Barcelona.

¿Qué ocurrió en San Carlos ante Barcelona cuando buscábamos el tercero y la tranquilidad previa al viaje a Guayaquil?

Ese día fue algo muy especial, me acuerdo que cuando cobran el tiro libre el árbitro me informa que pateábamos el foul y se terminaba el partido, entonces el encargado de ejecutar era Rodrigo Barrera y le dije que vaya a cabecear, el me miró y no entendía nada. En ese momento decidí pegarle al arco, gracias a Dios la pelota entró en el ángulo y eso nos dio la tranquilidad para viajar a Guayaquil.

¿Cómo se elimina al América en un Pascual Guerrero repleto y como evalúas tu actuación en esa llave?

En ese partido pasó algo muy distinto a lo que veníamos demostrando. En los encuentros anteriores, la defensa casi no había tenido fallas, y en los primeros veinte minutos cometimos varias. El América estaba dos a cero arriba. Mi actuación dejo que la evalúen ustedes, yo lo único que sé es que en esos partidos dejé el alma por lograr el objetivo de llegar a la final.

Aunque hubo una entrega formidable de ambos equipos, ¿Cuánto te sorprendió el despliegue de Lozano y Rincón en el primer tiempo y la arremetida de Lunari y Lepe en el segundo?

El despliegue de ambos jugadores no me sorprendió, ya los conocía. Y con respecto a Lunari y Lepe fue muy buena ya que estaban pasando por un buen momento.

Tuviste diferencias con el extraordinario goleador Almada, ¿Se superan con la cercanía o un plantel es amplio para que cada uno siga por su cuenta?

Diferencias tuvimos pero no graves, en el momento de entrar a la cancha ambos defendíamos a muerte los colores del club y si cualquiera de los dos hacia un gol uno iba y abrazaba al otro.

Considerando que los cupos para las competencias internacionales se luchan a muerte y han desparecido las copas intercontinentales, ¿Sientes que el logro de la Interamericana 94´ se ha revalorizado en el tiempo? ¿Cómo recuerdas tu gol en San José de Costa Rica ante Saprissa y la final en San Carlos de Apoquindo?

El logro de la copa fue algo que va a quedar siempre en mi memoria ya que fue el primer campeonato internacional a nivel clubes que ganaba. Del gol puedo decir con el tiempo que fue muy importante porque nos dio la posibilidad de obtener el alargue en San Carlos de Apoquindo. Y del partido final, nunca me voy a olvidar que los últimos diez minutos decidí ir a jugar de número nueve en contra de las decisiones del técnico. Gracias a Dios, tuve la suerte de bajar la pelota con el pecho en el tercer gol que nos dio la posibilidad de ir al alargue, y luego poder levantar la copa con dos golazos del Chamuca, un gran amigo, y de Miguelito Ardiman, uno de los mejores zagueros junto con el Negro López con los cuales jugué. Si no me hubiese salido la jugada del tercer gol por ahí recibía un gran reto del técnico.

Para un jugador con tus logros, ¿Cómo recuerdas la obtención de la Copa Chile 1995 y las Liguillas 1994 y 1995?

El campeonato del 95 fue un logro muy lindo ya que lamentablemente el año anterior nos habían robado el campeonato nacional. Con respecto a la liguilla del 94, fue el consuelo después de la amargura del campeonato. Me dio la posibilidad en la Copa Libertadores del año 95 de convertir uno de los mejores goles de mi carrera como futbolista a Rene Higuita, desde la mitad de la cancha. Y en el 95 también fue importante ya que fue mi último gran logro en el club.


Universidad Católica enfrentó en 1994 a Universidad de Chile con 9 jugadores tras las expulsiones de Parraguez y Acosta. Anotaste el gol del triunfo en una batalla inolvidable ¿Fue el mejor de tu carrera en Chile?

En mi carrera en Chile fue el gol más importante y más trascendental que convertí, ya que estábamos con nueve hombres y lo único que hacíamos era defender. En el momento que decidí ir a buscar el cabezazo, solo, estaba con mucha confianza, y gracias a Dios tuve la suerte de que el que ejecutó el tiro libre fue el Pipo. Cuando la pelota venía en el aire ya sabía que iba a ganar en lo alto, pero nunca pensé que la pelota iba a entrar en el ángulo. Ese día, fue el más hermoso que me tocó vivir a mí y a la gente en un gran clásico, que para mí va a quedar en el recuerdo por siempre.

¿En qué te ha inspirado Raimundo Tupper?

Cuando tengo la suerte de hablar del Mumo lo único que hago es hablar de la gran persona que me tocó conocer. El para mí era un ejemplo, ya que muy pocos sabían de los logros que él llego a concretar. En el tiempo, tengo recuerdos muy felices junto al gran jugador y a la gran persona con la cual me tocó compartir, no solamente un vestuario, sino también una de las charlas más emocionantes que tuve en mi vida. Siempre dije que el Mumo era un ángel y como tal hoy nos saluda y nos cuida desde el cielo. En algún momento nos volveremos a encontrar allá arriba a jugar algún picadito.

¿Cuál sería la defensa ideal en Católica basándote en los compañeros que tuviste?

Pato Toledo, Moto Romero, Sergio Vázquez, Negro López, Miguel Ardiman y el Mumo Tupper. Ya sé que sobra uno, pero ninguno de estos puede faltar.

Entre Ignacio Prieto y Manuel Pellegrini, ¿Quién te identificó más y mantuvo involucrado en su proyecto?

El que más me identificó con su proyecto fue Ignacio Prieto, ya que él tenía muy en claro sus conceptos y era una persona a la cual le gustaba que el equipo fuera siempre al frente.

Si un baluarte pasa por un bajón ¿Cuánta responsabilidad hay en la condición motivadora de un técnico?

Hay mucha responsabilidad ya que el técnico tiene que estar al tanto de los problemas de cada jugador.

La hinchada te quiere y recuerda como Charly Vázquez, apodo de genio para un líbero de jerarquía, enorme temperamento y goles trascendentales. Nos gustaría que le enviaras un mensaje al pueblo de la franja que sigue fielmente la Columna de Razta.

La verdad quiero agradecer todo el afecto que me brindaron durante cuatro años hermosos, tanto en los buenos como en los malos momentos. Quiero que sepan que siempre los tuve muy presente en mi corazón y en mi pensamiento. En algún momento sé que nos volveremos a encontrar y ese día va a ser muy feliz para mí, un abrazo grande y mucho cariño para todo el pueblo cruzado.




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